Miserias Literarias

Desgranando el agusanado mundillo editorial

26 agosto 2006

Consultorio literario

Uno de los lectores de este blog ha introducido un comentario muy interesante. En él plantea una serie de sagaces cuestiones cuya respuesta considero de común interés. Por ese motivo y para evitar que dicho cuestionario quede perdido entre los comentarios de la entrada correspondiente, he preferido responderle en la página principal del blog, reconvirtiendo el comentario en una de las entradas.

El anónimo usuario pregunta:

-¿Realmente, alguien de una editorial se lee los manuscritos no solicitados que reciben?
-¿Que opinión te merecen los agentes literarios?
-¿Es interesante la autopublicación cuando la editorial se compromete a distribuir el libro? ¿Lo distribuyen en verdad?
-¿Que coste real tiene para una editorial la publicación de 2000 ejemplares de un libro con 200 pag.?
-¿Sirven para algo las presentaciones públicas de las obras literarias?
-¿Qué opinión te merecen los concursos literarios convocados por las editoriales?
-¿Qué razonamiento siguen los críticos literarios para comentar un libro en las páginas de sus periódicos?
-¿Qué “fórmula económica” aplican las editoriales para suponer que un libro les va a ser rentable y otro no?
-¿Puedes darnos alguna orientación de quién eres? (esta pregunta puedes ignorarla, si lo deseas).
-¿Es verdad que si una novela es aceptablemente buena acaba por encontrar editor?


Trataré de responder a sus preguntas de la forma más amplia y precisa posible:

- Sí, por norma todas las editoriales medianamente serias —que, aunque no todas, son más de las que pueda parecer— leen todo lo que les llega lo cual no quiere decir que lo hagan de la forma más exhaustiva, precisa ni deseable. La ingente cantidad de manuscritos que llegan a una editorial obliga a emplear métodos de descarte que son muy proclives a provocar errores como pasar por alto un manuscrito de calidad pero por desgracia, no hay otros más precisos. «El tiempo es dinero» dijo el sabio y el de las editoriales no es una excepción. Un primer proceso evalúa someramente la coherencia del manuscrito, su presentación, su sintaxis y su gramática. Como digo muy someramente. Un texto con evidentes y garrafales faltas de ortografía o de presentación descuidada quedaría invalidado en esta primera fase sin que siquiera se pase a evaluar su contenido. Y, no creas, en esta primera fase, se descartan MUCHOS manuscritos. En una segunda fase se pasa a evaluar —también de forma somera— el contenido. Se suele leer el primer capítulo, el último y una parte central escogida al azar del texto. Si lo leído es medianamente interesante, es llamativo o está escrito con corrección, se pasa a una tercera fase: la lectura del manuscrito completo por los llamados lectores editoriales que se encargan de emitir un informe de lectura que llega al director editorial y que es quien decide en última instancia la publicación o no del texto. A muy grandes rasgos, ese sería el proceso. Un truco: es más que conveniente que la primera página del manuscrito enviado contenga una sinopsis —sinopsis breve, algo más de lo que podemos encontrar en la contraportada de cualquier libro editado pero no mucho más. Tres o cuatro párrafos serían suficientes— con la trama argumental de la novela. Además de dotar al manuscrito de un aspecto más profesional, ayuda al editor en su labor y le predispone a nuestro favor. Otra cuestión muy diferente es que el texto le termine convenciendo.

- Sobre los agentes, los concursos y los críticos literarios tengo previsto en un futuro incorporar entradas dedicadas. Si le resulta de interés, permanezca a la escucha.

- Como comento en la entrada correspondiente, la autopublicación en sí no es mala. Es muy loable en determinadas circunstancias siempre y cuando se tenga muy claro lo que se va a obtener a cambio para que nadie se llame a engaño. El medio nunca es dañino. Es el fin que se persigue lo que resulta serlo. Si se cuenta con la garantía de que una editorial que practica la autopublicación va a pelear por sacar adelante ese proyecto y se tiene constancia de que así lo ha hecho en otras ocasiones, no hay nada malo ni vergonzoso en recurrir a sus servicios pero, por el momento y a día de hoy, yo no conozco ninguna entidad de autoedición que cumpla esos requisitos. Y aunque la hubiese, la autopublicación suele contar con otros inconvenientes ajenos a la propia entidad de autoedición. Por poner un solo ejemplo, la mayor parte de las grandes superficies vetan las ediciones autoeditadas por el engorro administrativo y el escaso beneficio que les supone. Pero de eso, quizá hable con más detalle en otra ocasión

- El coste real de una edición puede variar mucho en función de la tirada y las calidades exigidas. No es lo mismo 2000 ejemplares en una edición de lujo en tapa dura que una de 200 en bolsillo con portada en plástico o rústica pero, como cifra ORIENTATIVA, una edición más que decente de 1000 ejemplares suele salir —como muy mucho— en torno a los 4 euros por ejemplar, incluyendo un excelente trabajo de corrección, maquetación y diseño —que también supone unos costes—. ¡OJO!, estamos hablando del coste de una editorial que realiza tiradas más o menos grandes y mantiene acuerdos a gran nivel con empresas de artes gráficas —para imprimir todos los volúmenes que ellos editen, por ejemplo—. Para un particular, la cifra sería algo superior pero nunca por encima de los 7 euros —a no ser que se solicite una edición de lujo con las letras en el lomo serigrafiadas con pan de oro y esas nimiedades—, teniendo en cuenta que un particular, si quiere hacerlo bien, debe añadirle los costes de revisión y maquetación del manuscrito —que irían por su cuenta—.

- Por supuesto que las presentaciones públicas sirven pero nunca por sí solas. Deben acompañarse de campañas paralelas que las potencien, por ejemplo, que la presentación sea recogida y dada a conocer por los medios. De nada sirve que usted presente su libro en el Círculo de Bellas Artes de Madrid si no se entera ni el Tato del hecho. Otra cuestión sería que, por ejemplo, Qué Leer o Babelia reseñasen el evento tanto antes como después del acto. Pero ese juego es mucho más amplio y profundo de lo que parece. Trataré de explicar parte de él en posteriores entradas.

- Como comprenderá, por razones obvias prefiero no revelar mi nombre. No es mi intención enemistarme con la mayor parte de mis colegas de profesión —autores y editores— como tampoco lo es el sentar cátedra ni que nadie me crea a pies juntillas. Como indico en la entrada titulada «Declaración de intenciones», mi única intención es hablar de aquellos aspectos del entorno literario que me son familiares —que son unos cuantos— para que mi experiencia pueda servir de ayuda a todo aquel que desee iniciarse en el complicado mundo de la literatura. Es potestad del criterio de cada lector de este blog el determinar si lo que yo escribo aquí son paparruchas sin fundamento o reflexiones que puedan serle de utilidad.

- Sí, si una novela posee calidad literaria, tarde o temprano, encontrará un editor que confíe en ella. Se lo aseguro. Otra cuestión es el tiempo que tarde en hacerlo y en ese aspecto influyen muchos factores: la suerte, la experiencia y sagacidad del escritor que pretende dar a conocer su texto… Y su conocimiento del medio en el que se mueve. De ahí, la intencionalidad de este blog.

6 Comentarios

Anonymous Anónimo dijo...

Comentarios tan sinceros merecen la mayor de las gratitudes. Divulgaré su blog en la medida de mis posibilidades.

26/8/06 22:12  
Anonymous Anónimo dijo...

No dejes nunca este blog. No sabes la falta que nos hace a los noveles alguien como tú.

27/8/06 00:20  
Anonymous Anónimo dijo...

Bueno, me parece que el aporte del blog como tú mencionas en tu primer post, merece la pena. Y mucho, definitivamente. Siempre es bueno matar esos cucos, y misterios, y mitos que surgen de la falta de información sobre estos mundillos.

Tus opiniones de la autopublicación me recuerdan al abuso que ejercían los personajes de Umberto Eco en El Péndulo de Foucault con su editorial para esotéricos... jeje, en el fondo siempre me imaginé que las cosas eran más o menos así.

Bueno, no molesto más por hoy, te repito, genial este blog, y muchas-muchas-muchas gracias por compartir tus experiencias y puntos de vista.

Esperaré con ansias el próximo tema.

Un abrazo desde el sur del globo.

28/8/06 08:51  
Anonymous Anónimo dijo...

¿Y tú en qué trabajas?
¿Yo?, mato una ilusión por cada línea leída ;)

Cuando menos, curioso trabajo ;)

10/11/06 14:33  
Blogger OREJAS dijo...

Gracias por estar aquí, con nosotros. Te encontré hace solo unos días y ya eres imprescindible para mí, que no necesario. Te quiero hacer dos consultas:
1.- ¿Que tal es la Agencia Literaria Carmen Balcells con los nóveles? te lo pregunto porque les envié una breve exposición de mi novela y lo que con ella pretendía y me pidieron la obra para leerla ¿guardo esperanzas o las dejo apartadas?
2.- Una agencia del sur de nuestra España me pide 100 euros por leer la obra, habiéndome comunicado antes que el tema les interesaba por ser actual. ¿Pago por ello?. La duda es si tendré que ir soltando muchos billetes de 100 euros para conseguir editar.
Recibe un fortísimo abrazo y mil millones de gracias por estar aquí, te necesitamos y tú lo sabes. Suerte.

19/11/06 18:00  
Blogger Prometeo dijo...

Estimado Ciempies:

Existe en este blog una entrada dedicada en exclusiva a la cuestión de las agencias literarias. En ella -y en los comentarios correspondientes- se habla de esta cuestión y de la que usted comenta acerca del tema pecuniario. No trato de ser descortés. Simplemente no veo adecuado el repetir la misma información decenas de veces a lo largo de todas las entradas del blog.

Un saludo,
Prometeo

19/11/06 21:29  

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